Los puntos clave para una impermeabilización preventiva


Cualquier intervención de impermeabilización, ya sea en un edificio de nueva construcción o para realizar reparaciones, requiere siempre un riguroso enfoque que vendrá dado principalmente por la composición del soporte, el uso del edificio y los futuros mantenimientos.

Los hormigones y morteros son en gran medida grandes redes capilares por las que el agua transita con facilidad. ¿Por qué? Durante el proceso de curado, el agua se evapora dejando miles de conductos. Estos vuelven a llenarse de agua después del curado originando esfuerzos internos, agrietamientos, corrosión, etc.


En cualquier caso, ¿podemos realizar una impermeabilización preventiva?

Hay ciertos puntos sobre los que habrá que incidir a la hora de realizar una buena impermeabilización:

> JUNTAS DE HORMIGONADO
Son zonas débiles, susceptibles de ser los primeros puntos de entrada de agua a corto plazo sobre todo si se han realizado juntas frías

> MUROS ENTERRADOS
Otro punto crítico que a pesar de ser realizado con hormigón aditivado, también facilita la entrada de agua

> CUBIERTAS
Por supuesto, la zona del edificio más expuesta a la intemperie y por tanto la que recibe las condiciones más adversas del exterior. Grietas, fisuras, formación de moho o estancamiento de aguas son sus problemas más comunes.

> SUMIDEROS Y DESAGÜES
Son elementos que de no realizar su función correctamente (la evacuación y recogida de aguas) provocan daños en el exterior y el interior del edificio.


Revisemos el soporte. ¿En qué condiciones está?

No podemos pretender que nuestro sistema de impermeabilización funcione si previamente no se ha preparado la superficie convenientemente para recibir el material. La limpieza está destinada a eliminar partes inconsistentes o disgregadas, preparar la zona en caso de que no tenga las condiciones mecánicas adecuadas o quitar polvo, restos de otros productos y/o pinturas, óxido, etc.


¿Y si además de impermeabilizar, necesitamos que el producto a utilizar sea salubre?

Depósitos, piscinas, tanques de alimentos, acuarios, almacenes farmacéuticos... Todos estos locales tienen una cosa en común: su contenido está destinado al almacenamiento y/o contención de productos para el consumo humano / animal. Debemos asegurarnos que los materiales que se emplean para este tipo de recipientes están correctamente certificados conforme la normativa legal vigente, así como prever un adecuado ciclo de mantenimiento que dependerá de la naturaleza química de los líquidos almacenados y su concentración, la temperatura de estos, el tiempo que entrarán en contacto con el revestimiento, etc.

Tanques de hormigón destinados al almacenamiento de marisco

Estas son algunas pautas a la hora de realizar un trabajo de impermeabilización pero hay mucho más englobado en este tipo de intervenciones. ¿Qué procedimiento o tarea llevas a cabo, o crees indispensable ante trabajos de este tipo?

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