El moho, las costras negras, la suciedad, la microflora... y por si no fuese bastante, los seres humanos aportando su "granito de arena" con los grafitis, son solo algunos ejemplos de las causas que hacen que fachadas de gran cantidad de edificios especialmente históricos, no muestren un aspecto sano.
El método a emplear para la limpieza de estas superficies debe ser específico para cada caso. El técnico (especializado y competente en la materia) habrá de tener en cuenta el tipo de construcción, ya que por ejemplo las fachadas monumentales realizadas en piedra requerirán productos compatibles y técnicas mucho menos agresivas que la edificación civil.