Los caminos rurales, vías verdes y pistas forestales entre otros, están englobados en las denominadas vías de baja intensidad de tráfico, nombre debido a que estas no soportan una importante y continua intensidad del tráfico. Todas ellas tienen una importante característica en común: exigen un mimetismo de la vía o camino en el propio entorno paisajístico natural. Además, requieren un buen estado de conservación y mantenimiento debido especialmente a su exposición a los agentes atmosféricos.